Por Judith Lavori Keiser
Supongamos que su hijo se queja de algo que un hermano o amigo le ha dicho o hecho. ¿Cómo puede empoderar a su hijo para resolver este problema? Una manera de ayudarlo es comprendiendo qué tipo de conflicto es el que está ocurriendo, porque distintas estrategias funcionan mejor con distintos tipos de conflictos.
¿REALES O FALSOS?
Los conflictos pueden ser reales o falsos. ¿Cuál es la diferencia? Los conflictos reales implicar recursos, valores y necesidades. Esto incluyen las típicas peleas entre hermanos por tiempo, espacio y cosas. Todos hemos escuchado: “¡Estás usando mi sudadera! Tus cosas están a mi lado de la habitación! Estás demorándote demasiado en el baño!”. Existen muchas estrategias para resolver estos conflictos.
Pero hay otros con ictos que pueden resolverse rápidamente sin tener que usar tiempo valioso y energía emocional: los falsos con ictos. No hay punto en discutir sobre esos.
TIPOS DE CONFLICTOS FALSOS
Los malentendidos, los hechos y las opiniones son ejemplos de falsos conflictos que no valen la pena discutir.
Malentendidos: Supongamos que le oigo decir algo desagradable que creo que es sobre mí. Pro era sobre otra persona. O supongamos que digo algo que le molesta, pero no le dije de la manera que le sonó a usted. ¿Cómo puedo averiguar si alguien realmente hizo o dijo algo que creemos que hizo?
¡Pregunte! Muchos conflictos evitables son causados por malentendidos. Verifique lo que ha escuchado y pensado, comparándolo con lo que la persona dijo o quiso decir. Primero, pregúntele qué ha dicho. Tal vez escuchó mal, muchas palabras suenan muy parecido, incluso opuestos como “posible” e “imposible”. Así que pregunte: “¿Dijiste que es posible o imposible que salgamos mañana?”.
¿Y qué pasa si oyó bien? Entonces explique lo que pensó que quería decir y pregunte si eso es lo que realmente quería decir. Con mayor frecuencia, realmente no tenía intenciones de herir sus sentimientos. A veces, la persona estaba hablando de algo completamente diferente. A veces, simplemente se dice algo erróneo. En cualquier caso, la persona no tuvo la oportunidad de aclarar lo que quería decir y explicar por qué lo dijo.
Preguntas de hechos: Supongamos que no nos ponemos de acuerdo sobre cuándo es que los Patriots ganaron el Super Bowl. No hay necesidad de pelear sobre un hecho. ¡Tan sólo busquen la respuesta! Si ambas personas quieren saber la verdad, entonces todo lo que tienen que hacer es terminar la pelea para hallar la respuesta. Google ha resuelto muchos conflictos proporcionando las respuestas a preguntas basadas en hechos.
Una cosa que hay que tener en cuenta: A veces las personas se empeñan en querer tener la razón. Luego se enfocan en “querer ganar la discusión”, más que en averiguar la verdad. Es importante mantener la mirada en el premio: la meta común es averiguar la verdad. Mientras más aprendemos, más crecemos y a veces aprendemos más al equivocarnos.
Preguntas de preferencia y opinión: Supongamos que me gustan los sándwiches de mantequilla de maní, plátanos y papas fritas, y usted nunca ha oído hablar de ellos. Automáticamente podría rechazar la idea como algo que es raro. Esto puede traducirse en “erróneo”. Pero las opiniones y las preferencias no son erróneas, solo son diferentes. Hay un dicho en latín que se traduce como “no hay punto en discutir sobre gustos”. A mí me gusta el helado de chocolate y a usted le gusta el de vainilla. No hay problema, es una preferencia. So y una persona diurna y usted es una persona nocturna. No hay correcto o incorrecto; así es como son las cosas. Las personas son distintas y todos tenemos el mismo derecho de tener nuestras propias preferencias y opiniones. Puedes amar el Rhythm and Blues y yo puedo preferir el Rock and Roll. Fin de la discusión. Y quién sabe, si pruebas los sándwiches de mantequilla de maní, plátanos y papas fritas, ¡tal vez te gusten!
MOMENTOS PARA ENSEÑAR
Los padres pueden ofrecer a sus hijos habilidades de resolución de conflictos para toda la vida, brindándoles herramientas para que reconozcan qué tipo de conflicto están experimentando. Eso les ayudará a desarrollar estrategias que enfrenten el conflicto. Y enseñar a los hijos cómo pensar sobre los conflictos les da una mejor perspectiva para que puedan enfocarse en todo tipo de problemas de forma colaborativa. Trabajar juntos para averiguar en qué tipo de conflicto está uno involucrado, en realidad mejorar su capacidad de resolución del conflicto. Esto se logra poniéndose usted junto con la persona con quien está peleando del mismo lado, el lado de las preguntas, del pensamiento y de la lluvia de ideas sobre de qué se trata el conflicto y cómo resolverlo. Las habilidades de comunicación y colaboración involucradas en este proceso se están volviendo cada vez más reconocidas como esenciales para el éxito de los adultos.
Así que la próxima vez que sus hijos discutan, sorpréndalos preguntándoles si saben en qué tipo de conflicto están involucrados. ¿Están discutiendo sobre hechos? ¡Búsquelos! ¿Sobre opiniones? Ambos pueden ganar porque no hay preferencias correctas o incorrectas. ¿Malentendidos? Asegúrese de que estén escuchando e interpretando con precisión. Pídales que trabajen juntos para averiguar si su conflicto es real o falso. Al menos así sabrán si es que vale la pena discutir al respecto.
Judith Lavori Keiser fundó The Culture Company para guiar a los niños hacia la empatía a través de sus programas de pacificación multicultural y desarrolló sus libros y talleres “Perlas”, para inspirar a los adultos a vivir vidas preparadas y pacíficas. Póngase en contacto con Judy en info@peacethruplay.com.