Por: Molly Murphy, Directora ejecutiva de las terapias asistidas por caballos de Florida del Sur
Ingresar a una oficina de terapia física o centro de rehabilitación puede ser una experiencia estéril. La luz destellante, colchonetas, bolas y equipos de ejercicio (todos útiles e importantes) pueden ser poco inspiradores. Si bien la terapia dentro de una clínica es una parte importante del proceso de rehabilitación, existe una opción alternativa que podría brindar un beneficio similar tanto para niños como para adultos con necesidades especiales. Un programa de terapia asistida con caballos, ya sea montándolos o no, podría ayudar a lograr resultados tremendamente poderosos: físicos, mentales y emocionales.
El programa de equitación terapéutica y de terapia asistida con caballos ofrece un enfoque holístico para el desarrollo del niño o del adulto con necesidades especiales. El movimiento del caballo imita la manera en la que caminan las personas sin discapacidades y en buenas condiciones físicas. Durante una sesión de equitación, la pelvis del jinete se puede mover y rotar más de 2000 veces, lo que no se puede replicar con los equipos en un gimnasio o con una colchoneta en un ambiente clínico. Esto permite que se activen los músculos aletargados y también fortalece el núcleo corporal, lo que mejora la postura y trabaja tanto en habilidades motoras nas como gruesas. Un niño con parálisis cerebral podría experimentar alivio de su espasticidad, ya que el movimiento de los caballos le ayuda suavemente a estirar y calmar los músculos contracturados o hiperactivos. Otro niño con lesión cerebral traumática (LCT) podría desarrollar un rango elevado de movimiento o involucramiento neuronal ayudando a acelerar el proceso de recuperación. Para aquellos con dé cit en el desarrollo, la equitación puede ayudar a reducir la defensiva sensorial, mejorar las habilidades de escucha y las interacciones sociales con grupos de pares. Un estudio de 2014 desarrollado por la Universidad de Pittsburgh halló que los niños con trastorno del espectro autista (TEA) que participaron en un programa de equitación “mostraron una mayor motivación social, búsqueda sensorial y una reducción de las conductas sedentarias, falta de atención y distracción”. El movimiento del caballo, junto con el aprendizaje de las habilidades de equitación, mejoran “a toda la persona” al ayudar a los jinetes a desarrollar confianza, habilidades sociales y de vida que son importantes en la escuela y en la vida familiar. Muchos jinetes a menudo comparan su experiencia con la libertad y con la oportunidad de ser tratados como sus pares sin discapacidades.
Desde una perspectiva sin montar, los caballos son simplemente igual de poderosos: reflejan la manera en la que los humanos sienten y reflexionan, lo que ayuda a los individuos a procesar los traumas y experiencias de la vida. Un programa de psicoterapia facilitado con caballos (EFP, por sus siglas en inglés) a menudo se desarrolla de la mano con terapia del lenguaje lo que ayuda a los médicos y clientes por igual a hablar de sus experiencias y resultados, utilizando el caballo y la conducta de manada como herramienta. Los programas como el EFP pueden ser utilizados al trabajar con individuos y niños que han experimentado adversidades o trauma. A través de un programa de aprendizaje facilitado por caballos (EFL, por sus siglas en inglés), los estudiantes pueden aprender elementos del cuidado del caballo y de su anatomía, mientras siguen trabajando en las habilidades para la vida y el desarrollo profesional. Los instructores utilizan información como el programa de educación individualizada (IEP, por sus siglas en inglés) para hacer corresponder elementos educativos con lo que se enseña en el salón de clase y, de esta manera, ayudar a mejorar los resultados de aprendizaje o de socialización.
Muchos centros de equitación terapéutica utilizan el tiempo y la valía de los voluntarios, quienes se dedican a servir en programas grandes y pequeños. Los voluntarios pueden asistir en la ejecución del programa al guiar a los caballos durante una lección o con andar a la par: caminar junto al caballo, proveer apoyo físico o emocional y ayudar al jinete a seguir las instrucciones de un instructor. Muchos voluntarios aprenden las habilidades de manejo del caballo que ayudan a desarrollar la confianza y habilidades de liderazgo que pueden impactar en todas las facetas de su vida. Si bien una experiencia previa con caballos siempre es bienvenida, el centro ofrecerá al nuevo voluntario la capacitación o instrucción que necesite para empezar a servir.
La verdadera belleza de trabajar con caballos reside en el simple hecho de que ellos no discriminan ni juzgan. Los caballos enseñan a los individuos sobre ellos mismos y también permiten que se tome prestada su fortaleza para lograr lo que se pensaba que era imposible. La equitación terapéutica y las actividades con caballos nivelan el campo de juego, brindando a los individuos con necesidades especiales una oportunidad para concentrarse en lo que pueden hacer, en lugar de en lo que no pueden. Aunque un típico deporte de equipo puede estar fuera del alcance, o los estudiantes en la escuela no se identifican con él, el caballo ofrece una relación que se basa en confianza, habilidad y bondad.
Molly Murphy es la Directora ejecutiva de las terapias asistidas por caballos de Florida del Sur (EATSF, por sus siglas en inglés) en Coconut Creek, Florida. EATSF es un centro acreditado de primera por el Professional Association of Therapeutic Horsemanship (PATH) International (Asociación internacional profesional de equitación terapéutica). La organización ofrece programas de equitación y de no equitación: Equitación terapéutica, hipoterapia, aprendizaje facilitado por caballos y psicoterapia asistida con caballos. Visite www.equineatsf.org para mayor información o www.pathintl.org para encontrar un centro en su área.
Tomado de “Resultados de la equitación terapeútica de objetivos identificados por los padres para niños con transtorno del espectro autista: Un diseño de casos múltiples ABA que analiza la dosificación y generalización para el hogar y la comunidad). Por M. Holm, J. Baird, et.al. Revista sobre trastornos autistas y del desarrollo), 44, Número 4, pp 937-947