Por Maggie Macaulay, MS Ed
Uno de los factores desencadenantes más volátiles para los padres es la mentira. He escuchado a padres expresar temor de que su hijo se convierta en un mentiroso patológico, o enojo porque su hijo les faltó el respeto. Los padres, incluyéndome a mí, también han dicho que se sentían heridos porque su hijo no confiaba en ellos lo suficiente como para decirles la verdad.
Los niños, especialmente los que tienen entre cinco y ocho años, experimentan con la mentira. Los adolescentes mienten por múltiples razones, incluyendo el miedo al castigo, el miedo por haber cometido un error o la incomodidad de que alguien esté molesto por su comportamiento.
Mentir es típico del desarrollo, no un síntoma de patología futura. También es algo que se maneja mejor con amor y respeto. Lo que lleva a la parte más importante: la respuesta de los padres a la mentira es fundamental para tener conversaciones influyentes con su hijo acerca de la verdad.
Si un niño es castigado por mentir o si hay una gran acusación en la respuesta de los padres, es posible que los niños se sientan desanimados por decir la verdad en el futuro. Por ejemplo, si el niño está fallando en la escuela después de haber dicho que lo estaba haciendo bien, castigarlo por mentir no lo inspirará a ser sincero en el futuro.
Cuando un niño miente, los padres y cuidadores deben considerar manejar la situación con amor, comprensión y un punto de vista de “panorama general”. A continuación se presentan algunas sugerencias:
Antes de responder, tome una pausa. Observe cualquier sentimiento que surja. Se debe permitir sentirlos a plenitud. ¿Se siente enojado, triste, herido o asustado? ¿Qué pensamientos surgen? Al procesar lo que está sintiendo y pensando, puede responder desde un lugar de compostura en lugar de reaccionar desde un gran sentimiento. Busque orientación para ayudarlo en este proceso si es necesario. Responda a sus hijos una vez que esté tranquilo; de lo contrario, solo veran su comportamiento y no el de ellos.
Elimine las energías sobre cualquier juicio acerca de mentir. Todos mentimos. Todos contamos pequeñas mentiras así como algunas mentiras bien grandes. Quedarse atrapado en el juicio sobre la mentira no le ayuda a responder a una mentira con comprensión. No es necesario que aceptemos, que nos guste o que ignoremos la mentira. Sin embargo, podemos aceptar a la persona evitando el juicio. El juicio también nos impulsa a etiquetar a alguien. Las etiquetas no solo limitan aquellos quienes etiquetamos, sino que también limitan nuestra propia flexibilidad y creatividad. Nos mantienen encerrados en un punto de vista de “micro-vista” en lugar de un punto de vista de “panorama general”. Etiquetar a alguien como un “fracasado” después de haber cometido un error desalienta la toma de riesgos, la exploración y el descubrimiento en el futuro. Etiquetar a alguien de “mentiroso” es como una sentencia de por vida. Descubra las razones que están por debajo de su juicio y déjelas ir.
Siéntase más cómodo consigo mismo cuando cometa errores y guíe a sus hijos a hacer lo mismo. Esto no significa sentirse cómodo cometiendo errores. Significa volverse curioso y sentirse más cómodo consigo mismo cuando comete un error para poder hacerlo de manera distinta la próxima vez. Sin ese nivel de auto-aceptación, los niños y los adultos pueden mentir para evitar admitir un error. Si los niños creen que los errores son inaceptables o que son motivo de castigo, es posible que se inclinen más a mentir para evitar las consecuencias.
Si sabe lo que sucedió, aborde la situación directamente sin preguntar. Por ejemplo, si sabe que su hijo no devolvió un libro de la biblioteca porque estaba en su escritorio, evite preguntar: “¿Devolviste el libro de la biblioteca?” Usted ya sabe la respuesta. En su lugar, diga: “¿Cuándo devolverás el libro de la biblioteca? “Lo vi en tu escritorio hoy”.
Separe el comportamiento, del carácter de su hijo (a). Si etiquetamos o juzgamos, se trata del carácter de nuestro hijo. En su lugar, aborde el comportamiento. Su hijo es mucho más que esa mentira que pudo haber dicho. Separar el comportamiento de quién es su hijo reducirá la tensión y evitará un impacto negativo en su autoestima. Te ayudará a ser más creativo para que una vez terminada una conversación, usted se sienta bien sobre el resultado de la misma.
Concéntrese en establecer un espacio seguro para decir la verdad. Eso requiere valor y cariño, especialmente si mentir es un detonante. Aproveche el valor y el cariño que ya existe dentro de ti y eso te llevará a una relación más transparente y de confianza.
Maggie Macaulay, MS Ed, es la dueña de Whole Hearted Parenting, que ofrece coaching, cursos, y talleres que incluyen Ser Padre Semana por Semana, un nuevo curso integral virtual. Maggie es coach certificada y líder de cursos a través de la empresa Your Infinite Life Training & Coaching Company. También forma parte del Cuadro de Instructores del Consejo de Servicios para Niños. Puede leer más artículos en su columna en The Santa Fe New Mexican y en su sitio en la web HYPERLINK “http://www.wholeheartedparenting.com” www.wholeheartedparenting. com. Puede ser contactada por teléfono al número 954.483.8021 y por correo electrónico en HYPERLINK “mailto:Maggie@WholeHeartedParenting.com” Maggie@ WholeHeartedParenting.com.