Por: Linda Sachs, LCSW, Especialista en apoyo para padres y extensión comunitaria
Con tanta frecuencia estamos lidiando con los desafíos de la vida aisladamente, intentando hacer nuestro mayor esfuerzo para manejar cosas abrumadoras. Podría ser que estemos dependiendo de una caja de herramientas que podría no tener todas las estrategias, recursos y apoyo que necesitamos para seguir adelante. No es fácil para la mayoría de nosotros compartir lo que se nos hace difícil en nuestras vidas y por tanto, con frecuencia tratamos de hacer que las cosas funcionen, de manera aislada y por nuestra cuenta. Los grupos de apoyo no siempre han tenido la mejor reputación evocando imágenes de personas sentadas juntas, quejándose y al final, sintiéndose más desesperanzadas que cuando llegaron a la reunión.
Cuando un grupo está bien facilitado, ofrece la oportunidad de compartir con otros que tienen inquietudes similares, sin que nos juzguen, sin que nos den consejos o sin que nos sintamos peor que cuando llegamos a la reunión. Los grupos de apoyo pueden encontrarse con poca búsqueda y honestamente, uno nunca sabrá si esto será útil a menos que lo intentemos. Los padres que crían hijos con una discapacidad de desarrollo han aprendido que este es un largo viaje y que con frecuencia, puede ser uno solitario. El primer y más difícil paso es ingresar.
La incertidumbre e incomodidad pueden reducirse al mínimo reuniéndose con el facilitador anticipadamente e informándose más sobre el grupo y los temas que se conversan. Lo que inicialmente se siente como sentarse en una sala llena de extraños, eventualmente puede convertirse en ese momento de la semana en el que se busca compartir con amigos especiales. En cualquier grupo de apoyo, el facilitador está allí para mantener un ambiente seguro, donde los padres se sientan cómodos de compartir sus ideas, sabiendo que el grupo está allí para todos, no sólo una persona, y que se les escuchará y se les ayudará a cubrir sus necesidades. Lo que a menudo evita que una persona se una a un nuevo grupo es la preocupación de que será forzada a compartir sus ideas antes de estar lista, o que nada positivo saldrá de ella.
Normalmente, hay mucho de qué hablar y para eso está un buen terapeuta, que es quien se mantendrá en el tema y hará que los miembros del grupo compartan sus ideas. Se anima a los padres a compartir sus propias experiencias, más que aconsejar. A veces, el sólo estar en la presencia de otros padres cariñosos y en los que se puede confiar, es el apoyo que se necesita. Lo que más se oye dentro de los grupos de padres es: “Mi familia y mis amigos en realidad no lo entienden. Cuando vengo aquí, se siente muy bien porque sé que no estoy solo y estoy aprendiendo de otros que han estado allí antes”. Como profesionales, sabemos que los padres conocen recursos de la comunidad mejor que nadie y que ofrecen tanta ayuda a los demás.
Compartir los recursos y la información sobre cómo lidiar con los problemas de la escuela o del comportamiento del niño, se vuelve algo invaluable. Sin embargo, un beneficio adicional muy importante de los grupos de apoyo es aprender como padre que sus necesidades y su felicidad son igualmente importantes. Un buen grupo de apoyo ayuda a los padres a desarrollar un equilibrio saludable, un buen autocuidado y estrategias de adaptación. Sólo entonces, los padres tendrán la caja de herramientas a la que podrán acceder a lo largo de si viaje.
JAFCO es una agencia de servicios sociales sin fines de lucro que existe por 25 años y se enorgullece de atender a toda la comunidad. El Centro de habilidades infantiles JAFCO ofrece una continuidad de servicios a los padres que crían hijos con cualquier tipo de discapacidad de desarrollo. Los servicios incluyen apoyo familiar, enriquecimiento para el niño, relevo cada hora, cuidados y terapias en horarios nocturnos y ampliados. Ofrecemos grupos de apoyo para toda la familia, incluyendo las mamás, los papás, los hermanos y los abuelos. Se ofrecen diversos horarios de grupos a lo largo de toda la semana, tanto diurnos como nocturnos.