Por Natacha Herisse
Todos hemos escuchado sobre la importancia de leerle a su hijo (a) todos los días. Estudios han demostrado la importancia de leerle a los niños regularmente. Leer libros en voz alta a los niños estimula su imaginación y expande su comprensión del mundo que los rodea. Este proceso, junto con las conversaciones les ayuda a desarrollar el lenguaje y las habilidades auditivas y los prepara para comprender las palabras escritas. Cuando éramos jóvenes, aprendimos que leer un libro debe comenzar desde la portada del libro hasta llegar a la contraportada. Sin embargo, hoy los estudios muestra que el tiempo de lectura tiene que ser intencional, basado en el interés del niño y relacionado con el mundo del niño. Cuando se toman en cuenta estos aspectos como lectores de niños pequeños, el tiempo suyo con esa mentes jóvenes equivaldrá a ganancias en el aprendizaje de ellos.
¿Cómo identificar los intereses del niño? Como padres, deben elegir libros de acuerdo con los intereses de su hijo (a). Sí, padres, eso podría significar que pueden leer un libro una y otra vez. Recuerden que los niños aprenden a través de la repetición y que variar su tono de voz cuando se les lee es aceptable. Los intereses de los niños también significa que si él o ella elige saltar páginas y cambiar la narración de la historia, eso también es aceptable. Este es también un buen momento para introducirles nuevas palabras y definiciones a los lectores jóvenes. Para aquellos de ustedes que el inglés es un segundo idioma, está bien ser innovadores en este momento para crear la historia en su lengua materna. Recuerde, siempre y cuando su hijo muestre interés.
La lectura intencional es saber lo que su hijo (a) ya sabe sobre la historia elegida y qué nuevo aprendizaje desea usted que él ó ella obtenga. Este proceso requiere hacer preguntas. Estas preguntas deben hacerse de manera que le permita a su hijo (a) explicar sus pensamientos (“¿qué crees que va a pasar?”, “¿En serio? Cuéntame más”, etc.) Así es como se desarrolla el lenguaje, las habilidades de pensamiento y las destrezas sociales. Ese proceso no debe ser apresurado. Déle tiempo a su hijo (a) para procesar estas preguntas y tiempo para responderlas. Recuerde verificar la comprensión de su hijo (a). Este es también el momento de controlar las emociones suyas. Se trata de lo que su hijo (a) puede aprender y comprender, no de las habilidades suyas de enseñanza. Padres, también tengan en cuenta que los libros están clasificados por grupo de edad. Por lo tanto, elijan libros que sean adecuados para la edad del niño (a).
Relacionado con el mundo del niño significa que la literatura que usted eligió en su mayor parte debe reflejar el mundo de su hijo (a) y el suyo. Eso no significa que no presentará a su hijo (a) las realidades e historias de otros mundos. A medida que la mente de su joven lector se expanda, debe presentarle las realidades de otros mundos. Recuerde que los niños aprenden mejor cuando pueden relacionarse y verse a sí mismos en la historia que se les está leyendo. Por ejemplo, después de leer libros como “Eres mi madre”, “Buenas noches, luna”, “Oso pardo, Oso pardo ¿Qué ves?”, “La oruga muy hambrienta”, la lista continúa y los niños pueden establecer la relación entre la madre y el niño, diciéndole buenas noches cuando ve la luna.
Leerle a su hijo (a) debe ser un momento divertido, significativo y recíproco. Ese tiempo debe ser flexible, siguiendo el ejemplo del niño. Esto significa que a veces puede leer cada palabra y otras lecturas pueden ser cortas haciendo una caminata ilustrada del libro. Padres, recuerden, aprender a leer es aprender a ver. A medida que su hijo (a) ve imágenes en el libro,usted proporciona palabras, el aprendizaje está ocurriendo y la relación se está construyendo. ¡Antes de que ustedes se den cuenta, su hijo (a) le leerá historias!
Natacha Herisse, B.S. HSA. Nacida y criada en Puerto Príncipe, Haití. Natacha se reunió con su madre en Florida a la edad de 13 años. Viniendo de un entorno haitiano donde la educación es el vector de la movilidad social, regresó a la escuela en la Universidad de Barry en 2002 para obtener una Licenciatura en Administración de Ciencias de la Salud después de servir durante años como reclutador de médicos de emergencia para una empresa privada. Una vez finalizados estos estudios se convirtieron en el primer paso para seguir su pasión de mucho tiempo: enseñar a los pequeños. Luego se embarcó en una carrera gratificante con una organización sin fines de lucro, enseñando en Head Start y VPK. Además, se desempeñó en diferentes capacidades como Especialista en Participación Familiar, Especialista en Bebés y Niños Pequeños, Maestra de Recursos, Especialista en Capacitación de Calidad Educativa y Capacitadora, respectivamente.
Como siempre, el deseo implacable de ver a sus hijos triunfar es el impulso principal que le mantiene su motivación para fomentar una educación de alta calidad para todos los niños, independientemente de su nivel socioeconómico; por lo tanto, ella nunca pierde la oportunidad de estar equipada con las mejores prácticas y capacitación para llevar a cabo este noble esfuerzo. Hoy, está encantada de ser parte de una organización que comparte esta visión de excelencia para todos.