Eric Eisner, MD, Cirujano ortopédico pediátrico y especialista en preservación de la cadera, Hospital Infantil Joe DiMaggio, Departamento de cirugía ortopédica y Centro de preservación de la cadera
La mayoría de las personas tiene un amigo o pariente que ha pasado por una operación de reemplazo de cadera. De hecho, para 2030, se espera que el número de estadounidenses que requerirá una cirugía de reemplazo será de casi 600,000 personas. Sin embargo, muchas condiciones que predisponen a una persona al desarrollo de artritis pueden identificarse y tratarse anticipadamente en la vida. Mientras que la mayoría de las personas no piensa en la artritis como un problema que puede verse afectado por cuidados médicos preventivos, la evaluación y tratamiento que realice un médico con experiencia en caderas infantiles puede ayudar de forma significativa a aquéllos pacientes que se encuentran en el más alto riesgo de desarrollar una cadera artrítica y dolorosa. Una manera simple de visualizar la articulación de la cadera es respresentándola como una bola redonda en un receptáculo redondo. Imagínese un neumático en un auto; si el neumático está deformado o desalineado, entonces el neumático se va a desgastar más rápidamente. La cadera es similar. Cualquier desfase entre la forma de la bola y el receptáculo conlleva a una degeneración temprana. Las condiciones tratables de la cadera pueden presentarse a cualquier edad, desde los recién nacidos hasta los adultos jóvenes. Todos los recién nacidos pasan por un examen de despistaje realizado por un pediatra para revisar la estabilidad de la cadera o la displasia de la misma. El pediatra está asegurándose que la bola (cabeza femoral) esté bien ubicada en el receptáculo (acetábulo). Un proveedor experimentado puede captar incluso las anormalidades más sutiles con un buen examen físico. Si el pediatra está preocupado por las caderas del bebé, con frecuencia derivará al niño donde un cirujano ortopédico pediátrico para la confirmación y el tratamiento. Se usa el ultrasonido (sin exposición del niño a la radiación) en los recién nacidos para proporcionar mayor información acerca de la forma y posición de la cadera. De ser necesario, el tratamiento no invasivo por lo general es muy exitoso y aparte de los exámenes de seguimiento de rutina durante la infancia, no se necesita un tratamiento quirúrgico. Aunque muchos pacientes con cadera anormales se identificarán como tales desde que son bebés, otros podrían no mostrar ningún síntoma hasta que se convierten en niños pequeños activos o adolescentes. El lento comienzo del dolor alrededor de la cadera en un niño en edad escolar sin ningún trauma u otra enfermedad específica puede representar los primeros signos de la displasia de cadera. Es necesario contar con la cuidadosa evaluación y tratamiento de una cirujano ortopédico pediátrico para obtener una cadera buena y estable que pueda durar una vida entera. En los niños mayores, el tratamiento puede consistir en la observación cercana, el uso de soportes o incluso una cirugía. Aparte de la displasia, también varias condiciones más de la cadera pueden causar dolor alrededor de la cadera, la ingle e incluso la rodilla. Las infecciones bacterianas en la articulación de la cadera representan una verdadera emergencia y requerirán tratamiento urgente para evitar daños a largo plazo. Más comúnmente, la respuesta del cuerpo ante una infección del tracto respiratorio superior, un problema conocido como sinovitis transiente, puede causar dolor en la cadera y hacer que un niño cojee. Puede ser difícil diferenciar entre esos dos problemas, uno de los cuales es una emergencia y el otro, que se resuelve por sí mismo. La evaluación por parte del proveedor de cuidados primarios del niño y el médico de emergencias o un cirujano ortopédico pediátrico es esencial para evitar cualquier daño a largo plazo. Se pueden presentar problemas con el suministro de sangre a la bola de la articulación de la cadera (enfermedad de Perthes), así como lento comienzo del dolor de cadera, menor movimiento de la cadera y cojera. Un tratamiento precoz para preservar la forma de la bola mientras se reestablece el suministro de sangre puede evitar problemas posteriores en la vida, incluyendo el desarrollo de una dolorosa artritis. Otro problema que se observa comúnmente en niños mayores y adolescentes se conoce como deslizamiento de la epífisis capital femoral (SCFE). Esencialmente, la bola del receptáculo de la cadera se desliza fuera de lugar. Esto puede conllevar a una severa deformidad y un rápido desgaste de la articulación de la cadera. El comienzo de los síntomas puede ser muy lento, pero también puede ocurrir repentinamente y se requiere una cirugía para evitar el progreso de los síntomas. A pesar de la identificación y tratamiento tempranos de muchos de estos problemas de cadera en la infancia, algunos pacientes todavía desarrollan una deformidad ya sea de la bola o del receptáculo de la articulación de la cadera. Muchos de estos pacientes son atletas que son muy exigentes con sus caderas. En el pasado, se requería que estos niños dejaran de practicar los deportes que amaban y se les destinara a un reemplazo de cadera a temprana edad. Sin embargo, se han desarrollado nuevas técnicas quirúrgicas para traer de vuelta a estos niños a los campos de juego, al igual que se está retrasando significativamente o previniendo del todo la necesidad de un reemplazo de cadera. Los cirujanos ortopédicos pediátricos con capacitación especializada en la cirugía de preservación de la cadera pueden realizar procedimientos que alivien el dolor, mejoren las funciones y ofrezcan al paciente una cadera saludable que pueda durar una vida entera. Gracias al uso de técnicas artroscópicas (mínimamente invasivas) y técnicas abiertas, estos cirujanos especializados tienen la oportunidad de tener un impacto positivo en la vida de muchos pacientes. Con una identificación y un tratamiento temprano de enfermedad de la cadera en pacientes jóvenes, existe la posibilidad de que podamos revertir la epidemia de artritis de la cadera que actualmente existe.